miércoles, 11 de junio de 2014

PAISAJE DE LOS VENDEDORES AMBULANTES EN CHAPINERO



Los vendedores ambulantes,  son aquellas personas que distribuyen mercancías asequibles, al ofrecerles a los consumidores opciones convenientes y accesibles de venta minorista, como indica Venta Ambulante. Se identifican al no poseer un lugar comercial fijo donde realizar sus ventas, por lo que trabajan en sitios estratégicos de la ciudad con grande afluencia de público, de manera informal  y por lo general a diario se ubican siempre en los mismos, de las grandes y medianas ciudades del país.

Es inevitable transitar por la zona de chapinero y ver cuadra por cuadra, y andén por andén, a los vendedores ambulantes, los cuales ya hacen parte del paisaje capitalino que se dibuja diariamente en los ojos de los Bogotanos. La mayoría de nosotros acostumbrados a dicho paisaje, no nos indagamos más acerca de la situación social que atraviesan estas personas, ellos, ciudadanos que no afrontan las mejores condiciones laborales, viven en una rutina intentando hacer parte, eso sí, dignamente, del circulo económico de la ciudad, prestando diferentes servicios, tales como, venta de dulces, accesorios, ropa, frutas, cosméticos, minutos a celular, comidas rápidas, entre otros diferentes servicios, en los que se involucra este trabajo denominado informal.

La multitud de vendedores ambulantes que pululan a lo largo de la localidad de Chapinero, en la cual los esfuerzos de esta investigación se concentran,  y cuyo objeto de análisis se enfoca en como se han ido desarrollando e implementando reglamentaciones para regular el uso del espacio público e identificar a los vendedores ambulantes que se  han instalado en dicho espacio, que a pesar de las condiciones climáticas de la Ciudad, tienen que obtener su sustento diario de la mejor manera posible.

Decididas, trabajamos la Zona de Lourdes, observando un amplio comercio informal, debido  a la gran cantidad de vendedores ambulantes, personas que necesitan dinero para pagar comida, servicios, muchos deben pagar arriendo, entre otras. Esperando por mucho tiempo una respuesta por parte del Distrito para garantizar que entren al “campo” de la economía formal. Los vendedores no tienen EPS o ARL, que sólo la economía formal maneja.

El Decreto 456 de 2013, expedido por el Alcalde Gustavo Petro, permitiendo que el control del mismo este unificado por entidades del Distrito, y que su aprovechamiento (clasificado en largo, mediano y corto plazo) sea cobrado proporcionalmente al beneficio obtenido por el uso del espacio público considerando que actividades culturales y las organizadas por Entidades Públicas Distritales están exentas de pago siempre y cuando no utilicen publicidad comercial, al igual que las realizadas por voceadores de prensa, lustrabotas y vendedores de loterías. Afirma que sólo las empresas grandes como Claro, Tigo y Movistar, deben pagar por el uso del espacio público, mientras que los vendedores informales deben ser carnetizados por el IPES a partir del 11 de abril del 2014, ¿ha sucedido eso realmente?. No podemos arrojar una respuesta rápida, sin antes, escuchar a las partes.

Continuando con esta línea de análisis, nos introducimos en la entrevista realizada a Carlos Enrique Goyeneche, quien es un vendedor ambulante de productos comestibles, venta de minutos a celular y cigarrillos de los alrededores de la iglesia de Lourdes; él menciona que son palpables los intentos de la Alcaldía para integrarlos a la economía urbana, ya que se realizan campañas de carnetización, con el fin que sea reconocido como trabajador ambulante, así evitando conflictos con la policía, ya que estos a veces realizan redadas donde decomisan la mercancía con la que trabajan los vendedores. Sin embargo dichos intentos de armonía e inclusión pierden objetividad en muchos aspectos, mencionando Carlos como ejemplo, que la vitrina (carro) de mercancía que le es suministrado por la alcaldía y que es de uso obligatorio, según él, “con este (carro) lo que hizo fue bajar la venta, porque los productos no se ven, no se exhiben bien… a mí me bajó mucho la venta”, afirma un tanto molesto. Además de que el plan estratégico definido por la alcaldía menciona que dicho carro deberá ser entregado por el vendedor ambulante al término de 5 años, y no solamente el carro, sino también el espacio público utilizado por el vendedor.

En su mayoría estos trabajadores informales tienen una baja formación educativa que va conforme con el nivel de ingreso que poseen.

La pobreza es uno de los factores del crecimiento de la economía informal. Es la pobreza la que fuerza a la mayoría de las personas a aceptar puestos de trabajo poco atractivos en la economía informal. Los bajos ingresos que se obtienen de estos empleos crean un círculo vicioso de pobreza. Sin embargo, el trabajo informal no siempre equivale a pobreza. Existen trabajadores informales, especialmente por cuenta propia, que ganan más que los trabajadores poco calificados del sector formal. Pero esta es la excepción, la economía informal concentra a los trabajadores más pobres, especialmente de las zonas rurales, como en ejemplo colegios, universidades, centros comerciales, discotecas, entre otros. Carlos Enrique Goyeneche, exclama en sus puntos de vista: “Ahora es más yo soy un ex drogadicto (…) yo lo hice, yo me metí a esto, pero por salirme de las drogas (…) yo me metí a esto, pero por salirme de las drogas y ahora vea lo que me van a dar.” Señalando que no solamente es por falta de educación sino además como indicio para salirse de un mundo poco favorable para, en este caso Carlos Goyeneche.

Durante el Gobierno de Enrique Peñaloza (1997-2001), los vendedores ambulantes no podían trabajar en zonas públicas, eran desalojados por la Policía que llegaba intempestivamente y les decomisaba su mercancía. Eso no ha cambiado, cada día más vendedores ambulantes buscan en alguna parte de la zona de Bogotá, un espacio para vender sus productos, donde se genera la competencia con los vendedores formales.

Aunque han salido varias sentencias por parte de la Corte Constitucional, Sentencias T (Tribunal), Sentencias SU (Sentencias Unificadas), no se han cumplido, aunque un ente como la Corte Constitucional tiene la última palabra en estos casos, los vendedores ambulantes que han impuesto tutelas contra las Alcaldías de las Localidades donde afirman que se les ha vulnerado su derecho al trabajo como lo expresa el artículo 25 de la Constitución Política Colombiana “El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas”. La Declaración Universal de Derechos Humanos del año 1948, estableció lo siguiente: “Artículo 23. 1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo. 2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual. 3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social….”

Según el artículo del periódico del tiempo “¿vendedores informales de chapinero “entrarían en ‘Cintura’?” del 28 de febrero del 2014;  El otro punto de vista dado por el Instituto para la economía social (IPES), dice que alrededor de 800 vendedores informales se han hecho participes del proyecto de fortalecimiento social y empresarial, y a la fecha ya cuentan con carnets y chaquetas que los identifican y les permiten acceder a procesos de formalización y apoyo al emprendimiento, por parte de dicho Instituto. Según éste artículo, se han realizado grandes avances en la construcción de una armonía que garantice el respeto, tanto para los trabajadores ambulantes, como asegurar a la ciudadanía.

Adicionalmente, El Espectador presenta análisis sobre la ocupación de proyectos, aproximadamente veinte de ellos presenta disminuciones en los últimos años, diez presentaron un pequeño aumento, para lo cual, entre los años 2011 y 2012 los gastos de funcionamiento de los proyectos fueron de $3.779,9 millones, mientras su cartera de $1.055,9 millones. Para lo que indica que el informe citado expone que la oportunidad de utilizar un espacio sin pagar arriendo e impuestos, donde el tránsito de las personas es afluente, no es atractivo frente a módulos comerciales ubicados en lugares poco accesibles al público y junto a espacios ocupados por otros informales.

Siendo pertinente lo anterior para Bogotá, una ciudad que se expande cada día más, con más habitantes, más edificios, más costumbres y percepciones a veces aprovechadas o degeneradas que influyen en el transcurso normal de actividades sociales es importante mencionar que las oportunidades de trabajo son escasas y es por esta razón que muchas personas optan por la economía informal, ya que no hay otra manera de hacerlo. En casos, los vendedores sólo esperan una respuesta de las entidades pertinentes para lograr tener un espacio de manera legal y que favorezca al ejercicio de su trabajo de manera tranquila y eficiente ya que a veces deben abandonar el lugar donde exhiben sus productos o atienden a su clientela.

Esta población ha sido susceptible a inconvenientes relacionados con la ocupación del espacio público, por lo que se ha cuestionado y denigrado de su forma de trabajo y las condiciones en las que se desarrolla, situación de la que no han estado exentos los vendedores de Chapinero.

El artículo veinticinco de la Constitución Política de Colombia plantea: “El trabajo es un derecho y una obligación social  que goza, en todas sus modalidades, de la especial protección del Estado; toda persona tiene derecho a un trabajo digno en condiciones dignas y justas”. Aunque la Constitución los señala así, en la fría y cálida ciudad de Bogotá, específicamente en el parque de Lourdes encontramos vendedores ambulantes, gente humilde y sencilla, que bajo la luz del sol o bajo la lluvia, tienen tendido en el piso los productos que venden para obtener su sustento diario, que sin importar el clima, lo más importante para ellos es tener alguna ganancia económica, pues necesitan llevar dinero a sus hogares. A pesar de que muchas personas no estén de acuerdo con su forma de trabajo, no han logrado obtener otra manera de acceder al trabajo en mejores condiciones.

Dentro de las actividades de comercio permitidas se encuentran el aprovechamiento económico de enlaces peatonales, venta de alimentos en vía y actividades comerciales ZAERT (de Zonas de Aprovechamiento Económico Reguladas Temporales). Para lo que los vendedores informales estarán acogidos, ya que esta población no pagará al Distrito por el uso de espacio público porque contarán con las zonas ZAERT, destinadas para las actividades temporales de aprovechamiento económico vinculadas a los programas del Instituto para la Economía Social IPES. Como indica el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público se concilia así el derecho constitucional al trabajo de los vendedores, como el colectivo de los demás ciudadanos por el uso, goce y disfrute del espacio público.

No obstante, la Resolución del año 2014 Zonas de Aprovechamiento Económico Reguladas Temporales tiene como objetivo reglamentar y regular la creación, funcionamiento y extinción de las zonas de aprovechamiento económico reguladas temporales (ZAERT) en Bogotá de acuerdo a lo establecido en el Decreto Distrital 456 de 2013, en la que se contemplan principios como la convivencia pacífica entre los beneficiarios de las ZAERT y la ciudadanía; participación para la generación de condiciones para hacer participes a los vendedores informales del proceso de construcción de las ZAERT; no discriminación; equidad para la inclusión de grupos vulnerables que obtienen sustento como vendedores informales en espacio público.


El Instituto Para la Economía Social IPES, tiene 37 proyectos comerciales en catorce localidades de la ciudad con capacidad para reubicar a 3.279 vendedores, de los cuales 2.435 tiene ocupados, es decir el 74%. Son propiedad del IPES 17 centros que están a su cago, con 1.375 módulos y ocupados solo 855 por vendedores, correspondientes al 62%, según  estadísticas para agosto de 2013 mencionadas por El Espectador. También existen 6 puntos comerciales más, con 624 puestos de ventas disponibles de los que el 79,8% están ocupados y 11 puntos comerciales más en comodato con 1.021 módulos, de los cuales el 88,7% están ocupados por vendedores. 

lunes, 26 de mayo de 2014

Perfil Periodista...

Liz Angélica Blazquez, estudiante de comunicación social para la paz de la universidad Santo Tomas de Aquino. Con experiencia en varias investigaciones realizadas en su proceso estudiantil. Se ha interesado en involucrarse un poco en una problemática que si bien está latente no ha sido muy atendida por el distrito.





Esta problemática se refiere al comercio informal que polula en la zona de Lourdes, en la localidad de chapinero con este interés en la búsqueda de respuestas a ciertos aspectos que se presentan en este tema, comienza un trabajo de observación y documentación , con el fin de entender mejor las causas, efectos, procesos, y diferentes perspectivas frente a   esta problemática. 







En este espacio llamado "el cartel de la rosa" Liz Blazquez pretende mostrar un poco la situación del comercio informal en Lourdes y el desarrollo de diferentes implementaciones que ha querido realizar la alcaldía para apoyar la economía del distrito, y a su vez a estos vendedores informales para que no se sientan de alguna manera segregados.

Uso del espacio público en Bogotá se reglamentará...


Uso del espacio público en Bogotá se reglamentará.


Se regulará el uso comercial del espacio público en la capital, generando beneficios económicos para el distrito.

Mediante el decreto 456 de 2013, expedido por el ex alcalde Gustavo Petro se busca  regular la financiación, mantenimiento, y manejo del espacio público, lo anterior expresado desde un punto de vista comercial, de esta manera se respetará el derecho fundamental al trabajo, mencionado en el artículo 25 de la constitución nacional de Colombia, el cual dice que toda persona tiene derecho a un trabajo digno en condiciones favorables y justas.

Continuando con lo expresado en el decreto se determina la tipificación de los diferentes tipos de aprovechamiento económico, y como los interesados deberán sujetarse a las condiciones y procedimientos para acceder a realizar actividades económicas en el espacio público de la ciudad, de esta manera se podrá legalizar el trabajo informal que ocupan el espacio público y que tanto descontento genera con los comerciantes formales; dicho descontento como lo afirma el señor Luis Ramírez (comerciante formal – vendedor de comidas rápidas): “la verdad, es que los comerciantes informales nos quitan clientes a nosotros, quienes si pagamos impuestos y un arriendo por nuestros locales”.

Debido a que según el DANE la tasa de desempleo se redujo al 8,8 % entre julio y septiembre del 2013, de esta manera el decreto busca que los vendedores informales, se oficialicen como comerciantes, ya que ellos trabajan en este medio, debido a las pocas oportunidades laborales que se presentan en la ciudad, sometiéndose a trabajos desgastantes y con poca productividad económica, por lo general éstos vendedores ambulantes son gente de escasos recursos económicos.


Con el funcionamiento del decreto se incluirán a los trabajadores informales a la economía  funcional de la ciudad, que genere ingresos al distrito y respete así el derecho de ellos al ser reconocidos y no segregados.   

Entrevista a vendedor informal de la zona de Lourdes...

Entrevista a vendedor informal de la zona de Lourdes.



Entrevistador: Liz Blázquez
Entrevistado: Carlos Goyeneche.



Carlos G: Mucho gusto, mi nombre es Carlos Enrique Goyeneche. Les quiero informar que a nosotros (…) supuestamente nos dieron este carrito (que yo veo que se me bajo la venta), y no se ven los productos como se tienen que ver. Segundo nos dieron disque a cinco años el carrito, que teníamos que ahorrar cinco años para después meterlo a un local

Liz B: ¿Usted en estos momentos  no paga ningún tipo de impuestos o arriendo, pero se los exige la Alcaldía luego del trascurso de los 5 años conservando usted el carro u obligatoriamente tiene que devolverlo?

Carlos G: ¡No! Yo tengo que entregar el puesto y el carro (…) supuestamente es lo que dice la alcaldía, que toca entregar el carro y el puesto; un puesto que yo he guerreado toda la vida aquí para que venga otro a cantar misa, no (…) Eso no va hacer así.  

Liz B: Ósea que, ¿usted cree que la Alcaldía está atentando contra usted en cuanto al derecho del trabajo?

Carlos G: Si claro, porque a mí me van a meter a un local donde no voy a vender nada (…) y sí voy a ir a pagar bien caro el arriendo (…) y no voy a vender lo mismo.

Liz B : ¿Cuál es la razón por la que usted recibe este tipo de herramienta en este caso “el carrito”? 

Entrevistado: El motivo, primero, nos engañaron, nos dieron esta chaqueta, nos dieron un carnet; que estábamos en el programa, después nos dieron el carrito, pero no nos habían dicho que era lo que iba a pasar con eso, hasta ayer que nos hicieron una reunión (…) mal hecho, porque ellos desde el principio hubieran dicho: “vea, es que vamos hacer un programa así, así y así para que usted se salga de las calles”, pero no lo hicieron. Nos hicieron firmar papeles primeros y ahí si nos dijeron.

Liz B : ¿Ha tenido algún inconveniente con los otros vendedores?

Carlos G : No, para nada.

Liz Blázquez: ¿Con los policías?

Carlos G : Con los policías, sí.

Liz B: ¿Por qué?

Carlos G : Porque antes de tener esto nos corrían, nos quitaban, nos hacían y nos deshacían.

Liz B: ¿Le parece que esto es un abuso contra el derecho al trabajo?

Entrevistado: Sí señora.

Liz B: ¿Por qué?

Carlos G: Porque ellos quieres es sacarlo a uno a la fuerza de la calle y que el comercio progrese (…) mientras que uno con esto, pues paga arriendo y todo eso. Ahora es más yo soy un ex drogadicto (…) yo lo hice, yo me metí a esto, pero por salirme de las drogas (…) yo me metí a esto, pero por salirme de las drogas y ahora vea lo que me van a dar.

Liz B: ¿Para usted esto es una buena manera de sobrevivir? ¿Tiene sustento con esto?

Carlos G: Claro, yo con esto pago arriendo, mi comida (…) mi vestuario (…).

Liz B: Y con el nuevo programa que han implementado, ¿cree usted que esto afecta su economía?

Carlos G: Claro que eso lo afecta.

Liz B: ¿Por qué?

Carlos G: Pues claro porque ya me van a poner a pagar arriendo en mi casa y arriendo en el local (…) ya va hacer más complicado.

Liz B: ¿Usted como llego hacer parte de este programa de fortalecimiento hecho por el Estado?

Carlos G: Por cuenta de la Alcaldía Local de Chapinero.

Liz B: ¿Por qué medio le hacen saber que existe este tipo de programa? Ósea, ¿la alcaldía de chapinero realizo convocatorias para involucrar a vendedores ambulantes y que hicieran parte de este programa?

Carlos G: No, pues ellos aquí vinieron  e hicieron una reunión y nos vincularon (…) y nos fueron diciendo (…) nos hicieron un (…) que nos daban esta chaqueta y todo. Mientras que uno esta con esta chaqueta y el carnet, no lo molestan a uno (…) no lo joden a uno y de todo. Pero cuando ya nos dieron este carrito, ya ahora es más un carro que lo dono fue Col tabacos, no es ni siquiera de ellos, lo dono fue Col tabacos (…) y vea le pusieron esto, todos estos logotipos. Col tabacos lo dono, pero para exhibir el cigarrillo de ellos.

Liz B: ¿Usted anteriormente que trabajo ejercía? ¿En qué lugar y como eran sus ventas?

Carlos G: Aquí mismo, pero con otra chaza, con una chaza, con un carro de mercado (…) con otra chaza.

Liz B: ¿Cuál fue el motivo por el cual usted logra involucrarse en este programa?

Carlos G: Cuando a mí me dieron esto, me dijeron que era que pa’ uno tenía que hacerle caso a la policía, a lo que ellos le dijeran a uno; que se retirara o que si tenía que retirarme tenía que retirarme y me retiraba.

Liz B: ¿Usted cree que estos carritos se dieron simplemente para publicidad de Col tabacos? ¿O no les benefician en nada a ustedes?

Carlos G: Pues a nosotros, ya nos dijeron que 5 años con este carrito y que lo teníamos que entregar y entregar el puesto, luego de que uno ha comido tanta mierda aquí (…) pa’ que otro venga y a la bulla de los cocos se haga el puesto (…) No, así no es.

Liz B: ¿Cree usted que antes le iba mejor o ve algún progreso ahora?

Carlos G: Pues con el otro carro me iba mejor, pero con este lo que hizo fue bajar la venta, porque los productos no se ven, no se exhiben bien (…) se exhibe lo de encima, pero lo de abajo mire (…) si yo saco este cajón, tapa el otro y así y tapo el otro (…) ¿entonces? (…) a mí me bajo mucho la venta, yo vendía $40.000, $50.000 hasta $60.000 en el día, ahoritica ve, no llevo ni $20.000.



Liz B: Bueno, muchas gracias señor por su entrevista. 

Imagenes Lourdes...



Puesto de vendedor ambulante ( Carlos G.)



Imagen de la campaña de inclusión a los vendedores ambulantes, tomado por : Liz Blazquez



Plaza de Lourdes




Comercio informal a un costado de la plaza de Lourdes.






 Iglesia de Lourdes